SALUDO DEL TENIENTE GENERAL PNP (r) MARCO E. MIYASHIRO ARASHIRO, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE OFICIALES GENERALES DE LA POLICÍA DE INVESTIGACIONES DEL PERÚ A LOS ORGANIZADORES DEL II ENCUENTRO CAMARADERIA PIP 15 SETIEMBRE QUE SE LLEVARÁ A CABO EN MILAN-ITALIA
Qué gran deferencia le hacen a este Detective al solicitarle que envíe un saludo a los Detectives residentes en la ciudad de Milano-Italia, recordando el 62 Aniversario de creación de la Policía de Investigaciones del Perú.
Hoy, vengo ocupando el transitorio cargo de Viceministro de Orden Interno, pero me dirijo a ustedes en mi condición de Presidente de la ADOGEN PIP, porque tengo el honor de haber sido elegido Presidente de la Asociación de Oficiales Generales de la Policía de Investigaciones del Perú.
Todo cuanto soy, se lo debo a la Policía; a la formación recibida de mis padres y de nuestra Alma Mater de la Escuela de Oficiales PIP de Aramburú 550, y rendir homenaje a quienes pertenecieron a nuestra querida Policía de Investigaciones del Perú, a la vez que constituye un honor el poder saludarlos, también es la oportunidad para hacer una reflexión sobre la evolución de la Policía en el Perú.
Reflexionar sobre la evolución de la Policía es un eufemismo, y no pretendo de ninguna manera restar mi responsabilidad personal, por cuanto también he tenido la ocasión de desempeñarme como Director General de la Policía Nacional del Perú; pero como lo he declarado públicamente, mi permanencia en el cargo, quizás hayan sido los ocho meses más frustrantes de mi carrera policial.
Voy a poner algunos ejemplos, que aparentemente podrían parecer anecdóticos, pero en realidad, son casos emblemáticos que ponen en evidencia algunas de nuestras falencias.
Ustedes recordarán que nuestra Escuela de Oficiales fue construida en 1964, e inicialmente constaba de dos plantas; en los tiempos en que yo ingresé, año 1971, nuestra Escuela tenía seis pisos; actualmente sirve de sede al Tribunal Administrativo Disciplinario, Inspectoría General, Dirección de Criminalística y otras dependencias de la PNP; sin embargo, el inmueble ha sido declarado inhabitable por el Instituto Nacional de Defensa Civil, en razón de que sus cimientos están cediendo al paso de los años, debilitando su estructura, a tal punto que algunos de los vidrios de sus ventanas han estallado por el resquebrajamiento de sus paredes. Este ejemplo nos sirve para poner en relieve la falta de capacidad gerencial en cuanto a infraestructura policial se refiere, porque estas condiciones de precariedad se replican en muchas otras instalaciones policiales.
En cuanto al desempeño funcional del Detective Policial, en el Perú se viene aplicando gradualmente el Nuevo Código Procesal Penal, mediante el cual, se busca sustituir el actual modelo mixto, predominantemente escrito, inquisitivo y reservado para sustituirlo por un sistema acusatorio, adversativo, oral y público; ya no se formulará el documento policial por excelencia que era el Atestado Policial, el cual viene siendo reemplazado por el Informe Policial, en cuyo contenido no se podrá tipificar el delito ni emitir conclusiones, limitándose a detallar las diligencias realizadas por mandato del Fiscal.
Este Nuevo Código Procesal Penal, constituye todo un reto profesional para el Detective actual; su implementación gradual responde a la necesidad de su permanente evaluación, dado que si bien se pretende abreviar los plazos judiciales y otras tantas ventajas anunciadas, la realidad es que del 100% de los casos investigados, sólo un 2 a 4% llegan a ser judicializados, lo que visto desde otra perspectiva (no desde la óptica del ahorro de la carga procesal) significa que un mayor número de delincuentes se encuentran en libertad; lo que genera un sentimiento de impunidad del delito.
La unificación de la policía, trajo como consecuencia que no se respeten las especialidades de las instituciones primigenias, convirtiendo al Policía en un elemento “todista”, porque sabe de todo, pero es especialista en nada. No tenemos una línea de carrera, y eso ha generado que se pierda posesionamiento social, creándose un vacío que otras instituciones, como el Ministerio Público, aproveche para ocupar ese espacio que representa la necesidad social de contar con elementos confiables especializados en la investigación del delito.
La asignación de recursos del presupuesto nacional, pese a que en el último gobierno fue incrementado significativamente, no trajo mayores avances organizacionales, principalmente por la falta de capacidad gerencial de los órganos de administración, gastando o invirtiéndose sólo un reducido porcentaje, que oscila entre el 9 al 14% de lo asignado; es decir, que a pesar de contarse con el dinero suficiente, se tuvo que devolver al tesoro público, porque no se hicieron las compras, adquisiciones o construcciones conforme se había planeado.
Una medida gubernamental, adoptada el año 1998, ha traído como consecuencia un grave daño a la institución policial; ese año, se dispuso que en vez de que el Estado aumente los sueldos y remuneraciones, debido a la falta de liquidez fiscal, se autorizó al efectivo policial para que pueda laborar de manera privada durante sus días de franco, estableciéndose lo que se ha denominado el “Servicio Policial Individualizado”. En otras palabras, el gobierno autorizó para que el Policía, utilizando el uniforme que representa la autoridad del Estado, pueda alquilarse al mejor postor. Fue una medida temporal, motivada por el déficit fiscal, pero se ha convertido en permanente. Ya no contamos con el Policía con dedicación exclusiva, haciendo que en la práctica, el número total de efectivos de la PNP re reduzca a la mitad, porque en todas las Unidades Policiales, se ha establecido el Servicio de 24 horas de Servicio por las 24 horas de Franco (24 x 24). Muy lejos han quedado aquellos tiempos en que el investigador pasaba día tras día trabajando para el esclarecimiento total de un caso, hasta culminar con la formulación del correspondiente atestado policial.
Nuestra Policía Nacional, a través de sus Direcciones Especializadas como son las de Investigación Criminal, Contra el Terrorismo, Antidrogas, Contra la Corrupción, la Policía Fiscal, y otras que funcionalmente corresponde a la actividad propia del detective, hoy como ayer, son las que mayormente ofrecen resultados efectivos y eficaces en la lucha contra la delincuencia. En la presente gestión, el Ministro del Interior ha presentado un Plan Para el Fortalecimiento de las Capacidades de la PNP, en la que se han plasmado varias propuestas que esperemos, sean aceptadas por el poder político y viabilizar su ejecución.
En cuanto a la línea de carrera, se restablecen las especialidades, estando dentro de ellas la especialización de Investigación Criminal.
En la estructura orgánica se plantean tres Direcciones Ejecutivas, una de las cuales será la Dirección Ejecutiva Contra el Crimen Organizado.
Esto nos demuestra que se ha perdido mucho tiempo en reconocer que la actividad del detective, constituye una de las principales funciones que cumple toda policía, como son las que desarrolla el Detective.
Abriguemos la esperanza de que nuestra Policía Nacional del Perú sepa ponerse a la altura de las circunstancias y que otra vez podamos recorrer la senda trazada por nuestros policías del ayer, y se reconozca de una vez por todas, que la investigación del delito, la actividad propia del Detective, forma parte consustancial de la función policial, de alta especialización y dedicación exclusiva.
A todos y cada uno de ustedes, que han tenido la ocasión de desempeñarse como Detectives Peruanos, perteneciendo a la Policía de Investigaciones del Perú, les doy un abrazo fraterno al recordar en la fecha nuestro sexagésimo segundo aniversario.
Con Honor y Lealtad,
Marco Enrique Miyashiro Arashiro.
Hoy, vengo ocupando el transitorio cargo de Viceministro de Orden Interno, pero me dirijo a ustedes en mi condición de Presidente de la ADOGEN PIP, porque tengo el honor de haber sido elegido Presidente de la Asociación de Oficiales Generales de la Policía de Investigaciones del Perú.
Todo cuanto soy, se lo debo a la Policía; a la formación recibida de mis padres y de nuestra Alma Mater de la Escuela de Oficiales PIP de Aramburú 550, y rendir homenaje a quienes pertenecieron a nuestra querida Policía de Investigaciones del Perú, a la vez que constituye un honor el poder saludarlos, también es la oportunidad para hacer una reflexión sobre la evolución de la Policía en el Perú.
Reflexionar sobre la evolución de la Policía es un eufemismo, y no pretendo de ninguna manera restar mi responsabilidad personal, por cuanto también he tenido la ocasión de desempeñarme como Director General de la Policía Nacional del Perú; pero como lo he declarado públicamente, mi permanencia en el cargo, quizás hayan sido los ocho meses más frustrantes de mi carrera policial.
Voy a poner algunos ejemplos, que aparentemente podrían parecer anecdóticos, pero en realidad, son casos emblemáticos que ponen en evidencia algunas de nuestras falencias.
Ustedes recordarán que nuestra Escuela de Oficiales fue construida en 1964, e inicialmente constaba de dos plantas; en los tiempos en que yo ingresé, año 1971, nuestra Escuela tenía seis pisos; actualmente sirve de sede al Tribunal Administrativo Disciplinario, Inspectoría General, Dirección de Criminalística y otras dependencias de la PNP; sin embargo, el inmueble ha sido declarado inhabitable por el Instituto Nacional de Defensa Civil, en razón de que sus cimientos están cediendo al paso de los años, debilitando su estructura, a tal punto que algunos de los vidrios de sus ventanas han estallado por el resquebrajamiento de sus paredes. Este ejemplo nos sirve para poner en relieve la falta de capacidad gerencial en cuanto a infraestructura policial se refiere, porque estas condiciones de precariedad se replican en muchas otras instalaciones policiales.
En cuanto al desempeño funcional del Detective Policial, en el Perú se viene aplicando gradualmente el Nuevo Código Procesal Penal, mediante el cual, se busca sustituir el actual modelo mixto, predominantemente escrito, inquisitivo y reservado para sustituirlo por un sistema acusatorio, adversativo, oral y público; ya no se formulará el documento policial por excelencia que era el Atestado Policial, el cual viene siendo reemplazado por el Informe Policial, en cuyo contenido no se podrá tipificar el delito ni emitir conclusiones, limitándose a detallar las diligencias realizadas por mandato del Fiscal.
Este Nuevo Código Procesal Penal, constituye todo un reto profesional para el Detective actual; su implementación gradual responde a la necesidad de su permanente evaluación, dado que si bien se pretende abreviar los plazos judiciales y otras tantas ventajas anunciadas, la realidad es que del 100% de los casos investigados, sólo un 2 a 4% llegan a ser judicializados, lo que visto desde otra perspectiva (no desde la óptica del ahorro de la carga procesal) significa que un mayor número de delincuentes se encuentran en libertad; lo que genera un sentimiento de impunidad del delito.
La unificación de la policía, trajo como consecuencia que no se respeten las especialidades de las instituciones primigenias, convirtiendo al Policía en un elemento “todista”, porque sabe de todo, pero es especialista en nada. No tenemos una línea de carrera, y eso ha generado que se pierda posesionamiento social, creándose un vacío que otras instituciones, como el Ministerio Público, aproveche para ocupar ese espacio que representa la necesidad social de contar con elementos confiables especializados en la investigación del delito.
La asignación de recursos del presupuesto nacional, pese a que en el último gobierno fue incrementado significativamente, no trajo mayores avances organizacionales, principalmente por la falta de capacidad gerencial de los órganos de administración, gastando o invirtiéndose sólo un reducido porcentaje, que oscila entre el 9 al 14% de lo asignado; es decir, que a pesar de contarse con el dinero suficiente, se tuvo que devolver al tesoro público, porque no se hicieron las compras, adquisiciones o construcciones conforme se había planeado.
Una medida gubernamental, adoptada el año 1998, ha traído como consecuencia un grave daño a la institución policial; ese año, se dispuso que en vez de que el Estado aumente los sueldos y remuneraciones, debido a la falta de liquidez fiscal, se autorizó al efectivo policial para que pueda laborar de manera privada durante sus días de franco, estableciéndose lo que se ha denominado el “Servicio Policial Individualizado”. En otras palabras, el gobierno autorizó para que el Policía, utilizando el uniforme que representa la autoridad del Estado, pueda alquilarse al mejor postor. Fue una medida temporal, motivada por el déficit fiscal, pero se ha convertido en permanente. Ya no contamos con el Policía con dedicación exclusiva, haciendo que en la práctica, el número total de efectivos de la PNP re reduzca a la mitad, porque en todas las Unidades Policiales, se ha establecido el Servicio de 24 horas de Servicio por las 24 horas de Franco (24 x 24). Muy lejos han quedado aquellos tiempos en que el investigador pasaba día tras día trabajando para el esclarecimiento total de un caso, hasta culminar con la formulación del correspondiente atestado policial.
Nuestra Policía Nacional, a través de sus Direcciones Especializadas como son las de Investigación Criminal, Contra el Terrorismo, Antidrogas, Contra la Corrupción, la Policía Fiscal, y otras que funcionalmente corresponde a la actividad propia del detective, hoy como ayer, son las que mayormente ofrecen resultados efectivos y eficaces en la lucha contra la delincuencia. En la presente gestión, el Ministro del Interior ha presentado un Plan Para el Fortalecimiento de las Capacidades de la PNP, en la que se han plasmado varias propuestas que esperemos, sean aceptadas por el poder político y viabilizar su ejecución.
En cuanto a la línea de carrera, se restablecen las especialidades, estando dentro de ellas la especialización de Investigación Criminal.
En la estructura orgánica se plantean tres Direcciones Ejecutivas, una de las cuales será la Dirección Ejecutiva Contra el Crimen Organizado.
Esto nos demuestra que se ha perdido mucho tiempo en reconocer que la actividad del detective, constituye una de las principales funciones que cumple toda policía, como son las que desarrolla el Detective.
Abriguemos la esperanza de que nuestra Policía Nacional del Perú sepa ponerse a la altura de las circunstancias y que otra vez podamos recorrer la senda trazada por nuestros policías del ayer, y se reconozca de una vez por todas, que la investigación del delito, la actividad propia del Detective, forma parte consustancial de la función policial, de alta especialización y dedicación exclusiva.
A todos y cada uno de ustedes, que han tenido la ocasión de desempeñarse como Detectives Peruanos, perteneciendo a la Policía de Investigaciones del Perú, les doy un abrazo fraterno al recordar en la fecha nuestro sexagésimo segundo aniversario.
Con Honor y Lealtad,
Marco Enrique Miyashiro Arashiro.
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