Un general , además de estratega y político , debe saber penetrar en la mente y corazón de un pueblo , dejando de pensar como Cabo.
La admisión pública de su fracaso del General PNP Alberto Jordán, Jefe de la Undécima Dirección Regional del Sur y el hecho de pedir disculpas a la población moqueguana por intentar repelerla en la zona del conflicto ha despertado toda una polémica y un cuestionamiento a su actitud y persona que no tiene cuando acabar.
Muchos quieren hacer leña del árbol caído, otros aprovechan la oportunidad para lanzar sus opiniones , no siempre acertadas, como algunos ex generales y ex directores de la Policía Nacional que cuestionan y critican la actitud del General Jordán en el sentido que nunca debió aceptar públicamente su derrota, que él , como general no debió haber estado en el lugar del conflicto, vestido con casco, lanzando bombas lacrimógenas, como lo haría un simple policía , porque eso no es darle "caché" al grado y el pecado más grande es haber dicho , además de pedir perdón, “ que no podía controlar la situación y nunca ordenó lanzar las bombas”.
Dejando de lado la causa del conflicto por el “chorreo” minero o los motivos por los cuales luchan los pueblos de Moquegua y Tacna en sus legítimas aspiraciones, abordaré el tema desde otro ángulo, el de la policía, el de los generales de la policía y ensayaré algunos errores que cometió el general Alberto Jordán a quien conozco y guardo respeto , no solo por ser chinchano y muchas veces nos hemos saludado como “paisano”, sino por que es un oficial bien intencionado que se vio envuelto dentro de la vorágine de un conflicto en donde fue capturado con su contingente policial , sufriendo humillaciones y vejámenes por una población irracional, porque la masa exaltada piensa con los pies y las manos .No se estudia para general, no existe una escuela para generales, la escuela está en la vida misma, en las circunstancias que tiene que enfrentarse, en “pensar” , “sentir” y “actuar” como general, que siempre decía Charles De Gaulle ( 1890-1970).
A manera de anécdota, una vez le dijeron a De Gaulle , siendo coronel , que no había ascendido , teniendo todos los méritos para ello, respondió con su habitual tranquilidad y sabiduría “ no importa, lo importante es pensar , actuar y sentir como general y , yo me siento un general”.
Para aprender a ser general, no existe mejor consejo que bucear en las enseñanzas de los grandes maestros en estrategia y polìtica, porque un general debe ser un estratega y político.
Muchos coroneles que logran este apreciado ascenso, que es más político que otra cosa, porque si no estás bien con el gobierno de turno nunca puedes aspirar a este grado, siguen pensado como cabos o soldados rasos y nunca se ubican en sus nuevos roles de generales.
Un verdadero “general”, en la expresión cabal del término, debe ser como aquel que se coloca en la cima de una montaña y observa todo el bosque, tratando de conocer e identificar cada árbol, o sea, pulsear el corazón y la mente de un pueblo .
Todo pueblo , el de Moquegua no es la excepción, tiene una idiosincrasia especial, no es igual a otro, tiene su propio corazón y mente, reaccionan de diferente manera a los impulsos, aparentemente puede ser un pueblo tranquilo, estar inactivo como el Volcan Misti, pero cuando afectan sus intereses , se levanta como un tigre y luchan hasta morir por sus reinvidicaciones, como sucede en Moquegua y Tacna , pueblos "aparentemente" tranquilos, pero que en sus interiores bulle una fuerza salvaje.
Alguien dijo una vez que así somos los peruanos : tranquilos como un volcan dormido.Lo primero que tiene que hacer un estratega que se hace cargo de una Dirección Regional como es el Sur es tratar de penetrar en la mente y el corazón del pueblo.
Utilizar bombas lacrimógenas o querer emplear la misma estrategia que se aplicó contra los “invasores” de Santa Anita, constituye un error, no solo porque la situación es diferente, sino porque los gases que despiden las bombas lacrimógenas en espacios abiertos ( chacras ) no surte efecto y solo provoca reacciones hostiles o furibundas actitudes como la que hemos presenciado últimamente en Moquegua.Un general también debe saber que el poder depende en gran medida de las apariencias y deben aprender las estratagemas que potencien su imagen .
Mantenerse en cierta distancia no solo es una cuestión de estrategia sino que genera una especie de respeto cuando se hace inasible .
Utilizar bombas lacrimógenas o querer emplear la misma estrategia que se aplicó contra los “invasores” de Santa Anita, constituye un error, no solo porque la situación es diferente, sino porque los gases que despiden las bombas lacrimógenas en espacios abiertos ( chacras ) no surte efecto y solo provoca reacciones hostiles o furibundas actitudes como la que hemos presenciado últimamente en Moquegua.Un general también debe saber que el poder depende en gran medida de las apariencias y deben aprender las estratagemas que potencien su imagen .
Mantenerse en cierta distancia no solo es una cuestión de estrategia sino que genera una especie de respeto cuando se hace inasible .
En otras palabras, un general no debe ser "manoseado", coger la pistola lanza granadas lacrimógeneas y decir “ síganme los buenos”.
Para ello , cuenta con con subordinados, coroneles , comandantes . El general debe guardarse para las etapas finales, las negociaciones, los pactos, las alianzas, la solución final , porque cuando se captura un general culminar la batalla.Hemos visto , no hace mucho tiempo, que muchos generales de la policía , incluso directores de la policía, nunca se ubicaron en su verdadero rol y salían a las calles para controlar el tránsito o poner papeletas.
Tal vez pensaban que con esa actitud mostraban a la ciudadanía que eran “chambeadores”, generales de calle, que para ellos no existía fines de semana , que estaban juntos con su personal subalterno, que personalmente dirigían el tema de la seguridad ciudadana.
Nadie les decía , tal vez por temor , que esa actitud no era bien recibida por parte de la población pensante del país que espera que los generales asuman su verdadero rol de estrategas y “políticos”, porque eso es el reto y lo que se espera de un coronel que ascienda a general por cualquier medio: que se convierta en un político y estratega .
Para ello , cuenta con con subordinados, coroneles , comandantes . El general debe guardarse para las etapas finales, las negociaciones, los pactos, las alianzas, la solución final , porque cuando se captura un general culminar la batalla.Hemos visto , no hace mucho tiempo, que muchos generales de la policía , incluso directores de la policía, nunca se ubicaron en su verdadero rol y salían a las calles para controlar el tránsito o poner papeletas.
Tal vez pensaban que con esa actitud mostraban a la ciudadanía que eran “chambeadores”, generales de calle, que para ellos no existía fines de semana , que estaban juntos con su personal subalterno, que personalmente dirigían el tema de la seguridad ciudadana.
Nadie les decía , tal vez por temor , que esa actitud no era bien recibida por parte de la población pensante del país que espera que los generales asuman su verdadero rol de estrategas y “políticos”, porque eso es el reto y lo que se espera de un coronel que ascienda a general por cualquier medio: que se convierta en un político y estratega .
¿Qué fue un error admitir públicamente su fracaso?
Tal vez dijo lo que nunca debió decir. Nadie puede juzgar a otro en tales circunstancias.
Es fácil criticar a un general que en esos momentos estaba envuelto en un mar de gente exaltada, furibunda, fuera de sí, que pedía sangre, que le pedía que se arrodille, que pida perdón.
Nadie puede predecir la reacción de un general que está en cautiverio y observa pasmado como su personal es vejado .De este hecho, los demás generales deben sacar lección.
Lo primero que deben hacer es dejar de ufanarse de victorias pírricas como la de “Santa Anita”, que busquen ganarse la mente y el corazón de la población, que se ubiquen en sus verdaderos roles de estrategas y políticos .
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