La masacre de Bagua y Yurimaguas del 5 de junio 2009, en donde murieron en total 34 peruanos, entre policías ( 24 policías) , pobladores y nativos , sin lugar a dudas, es la noticia más importante del año que fenece.
Este acontecimiento será recordado en los anales históricos del país y de la PNP como “La masacre de Bagua y Yurimaguas”.
El Baguazo trajo serias consecuencias políticas , administrativas y penales , asimismo, dejó entrever una cadena de errores y deficiencias que deben tomar nota el comando policial para que no vuelva a repetirse .
El general José Sánchez , director general de la PNP, fue defenestrado y cargará con toda la culpa del “Baguazo”, al igual que los generales , Javier Uribe Altamirano ( responsable del Teatro de Operaciones) y el general Elías Muguruza Delgado ( responsable de las fuerzas especiales de la DINOES)..
En el momento del “Baguazo”( 5 de junio ) , el general Sánchez apenas tenía tres días de asumir el cargo de director general e hizo lo que nunca debe hacerse : "dejar hacer, dejar pasar".
Fungió de director general de la PNP un tiempo bastante fugaz ( un mes y medio) y luego fue pasado al retiro por el nuevo ministro del Interior, Octavio Salazar, entrando en su lugar el general Elmer Miguel Hidalgo Medina , quien se venía desempeñando como Jefe de Estado Mayor .
Para justificar la salida del general José Sánchez Farfán, Octavio Salazar, dejó entrever en su primera entrevista en RPP que se iba “ a su solicitud”.
Pero todos sabían que empezaba su vía crucis porque como director de la PNP era el responsable del operativo policial del 5 de junio pasado donde murieron 23 policías y uno se encuentra desaparecido .
O sea, como se tenía previsto y pensado, al general José Sánchez Farfán de nada le valió quedarse callado y condecorar a la ex ministra del Interior con el Corazón Purpura, ahora tendrá que cargar con toda la responsabilidad del peor operativo policial en la historia de la PNP.
Para todos , él y sólo él, dio la orden, ejecutó la operación y por lo tanto debe cargar con todos los muertos y asumir la responsabilidad penal y administrativa- disciplinaria, cuando todos los generales de la PNP saben que en el sector Interior no se mueve nada sin la venia del ministro del Interior .
Podemos imaginarnos los que les espera a los tres generales de la policía( Sánchez, Uribe y Muguruza): denuncias, procesos, desgaste moral y psicológico, deslealtades, traiciones, y no sería raro, prisión.
No puedo dejar de sentir lástima por los tres, principalmente por el general Sánchez. En esta bitácora se le advirtió que, tarde o temprano, iban a cargar con todas las culpas.
Los generales de la PNP de vez en cuando deben repasar el consejo de Bertholt Brech quien aconsejaba que si quieres escribir o decir la verdad , debes tener valor para escribirla o decirla, aunque sea sofocada; luego , agudeza para reconocerla , aunque esté disfrazada; en tercer lugar, arte para hacerla manejable como arma; además, juicio para saber elegir las manos en que la verdad puede ser eficaz . Y por último, habilidad o , mejor, astucia, para propagarla entre quienes puedan hacerla eficaz.
A los tres generales de la PNP (Sánchez, Uribe y Muguruza) les faltó agudeza, arte, juicio, habilidad, astucia.
De todos ellos, el valor para levantar la mano y decir: “ Disculpe, señora ministra, no puedo callar, debo hablar y diré mi verdad, así tenga que pagar las consecuencias y retirarme de la policía, pero lo haré con honor y en el momento oportuno”.
Tal vez, en ese momento, los hubiesen tildado de suicidas, audaces, locos, pero hubiesen demostrado valor , juicio, habilidad, astucia , arte y sobre todo, oportunidad para decir la verdad cuando debe decirse .
Entiendo que decir la verdad no es nada sencillo, porque nos pasamos toda una vida luchando por librarnos del miedo y las sociedades se quedan con las verdades que más les sirven o acomodan para cada momento. Por eso es que cada nueva verdad es incómoda.
Ahora en el llano, el general Sánchez Farfán, tendrá que defenderse solo de todos los procesos en que lo comprenderán por los errores cometidos en el “Baguazo”, rogando para que los hechos retroceden en el tiempo, su rasgos se borran y las versiones sobre ellos desaparezcan para que luego de un tiempo ya no quede nadie a quién juzgar o a quién castigar . Igual le sucederá a los generales Uribe y Muguruza..
Las consecuencias de estos hechos los perseguirán a los tres de por vida.
Realmente, no quisiera estar en los huesos del general PNP José Sánchez Farfán y de los generales Uribe y Muguruza. Le esperan días amargos, deslealtades, traiciones, incomprensiones, etcétera. Y, todo por no decir su verdad o lo que creía que era verdad , en el momento preciso y oportuno y después irse o pedir su retiro con honor y dignidad. O por creer en la falsa lealtad o promesa de un político .
Seguro que les dijeron : “ No te preocupes, hermanito, no echas a la ministra que ella dio la orden y mañana más tarde te vas como agregado policial al Consejo de Seguridad de Washington. Y, no pasa nada”.
Sabemos en que terminan las famosas comisiones de investigaciones. Sólo sirven para echarle la culpa a los muertos o para encubrir responsabilidades , no para descubrir la verdad .
¿Responsables políticos?
La pita siempre se romperá por el lado más débil . Toda la culpa del Baguazo la cargarán los tres generales (Sánchez, Uribe y Muguruza), los nativos amazónicos que bloquearon la carretera Fernando Belaúnde y que motivaron la represión , los 24 policías muertos que prefirieron inmolarse en bien la de la seguridad y la paz del país y el Mayor Farfán que se adelantó al plan .
Doña Meche, según ella, ya asumió su responsabilidad política el momento que dimitió del cargo y punto.
La responsabilidad política está en función del cargo y se sustenta en que el gobernante o político de turno es responsable por los hechos u omisiones de sus subalternos . Pero en nuestro país , no es común la práctica de la responsabilidad política objetiva por lo que hacen o dejar de hacer los subalternos La responsabilidad penal y la responsabilidad política ni se implican ni se excluyen. No se implican, porque en un mismo hecho puede ser jurídicamente lícito y políticamente inoportuno y, viceversa, delictivo y oportuno; no se excluyen, porque un mismo hecho puede ser simultáneamente delictivo e inoportuno.
Ello es de una lógica incontestable; pero ocurre que, en la realidad política, ambas formas de responsabilidad son a menudo confundidas, con el perverso resultado de que una tiende a anular a la otra.
.Aún así, los temores de doña Meche no se han disipado, aumentarán cada día que avance las investigaciones o los procesos penales sobre el Baguazo , porque los generales de la policía , cuya lealtad es más frágil que el cristal, pueden decidirse a hablar y decir quién o quiénes dieron la orden para desalojar a los nativos de la Curva del Diablo.
Después de la masacre del 5 de junio, que acabó con la vida de 34 peruanos , se le vio a Doña Meche , deslizar algunas lágrimas por sus mejillas, era lógico que se veía su ocaso y en el horizonte de su futuro político se veía negros nubarrones.
Ni pensar en premierato o candidata a la presidencia en el 2011, sólo le queda terminar en su curul y esperar que los vientos vuelvan a soplar a su favor y que el pueblo desmemoriado se olvide de esta masacre .
La insensatez de haber preferido las balas y bombas, antes que el diálogo y la negociación, tendrá un alto costo político.
El Baguazo aceleró su tiempo político en el sector interior y la Curva del Diablo liquidó sus posibilidades de continuación y su futuro político , porque el gabinete dejó de ser un interlocutor válido para negociar con los nativos y se convirtió en un gabinete fallido , herido de muerte.
No obstante sus errores y la costumbre que tienen los políticos de no reconocerlos porque consideran que es una señal de debilidad y los vuelve vulnerables, el premier Jehude Simon, mostró tener una fibra sensible al reconocer su responsabilidad política en la muerte de los policías y nativos el 5 de junio. Algo que no es usual en un político , porque Doña Meche , se aferró a que ella no era la responsable, que no dio la orden , que la orden la dio el comando policial .
Es una lástima porque Doña Meche tenía como ministra del Interior un brillante futuro . Más adelante, tendrá que dar cuenta sobre la masacre de Bagua y Yurimaguas, porque estos temas ligados a derechos humanos , persiguen para siempre a los funcionarios públicos, una vez que culminan su gestión.
Mercedes Cabanillas , al igual que Jehude Simón , cargarán en sus hombros la triste fama de que durante su gestión como ministra del Interior y Primer Ministro, ocurrió la muerte de 34 peruanos en Bagua y Yurimaguas , un evento que pudo haberse evitado .
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