sábado, 25 de abril de 2009

¿Es realmente el general Donayre un caudillo?



¿Qué hombres o demonios son éstos?(Simón Bolívar)

¿Es realmente el general Donayre un caudillo?

El martes 14 de abril, Fritz Du Bois , Director de Perú 21, compara al general Donayre con un caudillo , quien aspira al poder – derecho que nadie puede negarle - participar en política y que cuenta con un bolsón electoral en su tierra natal y su alma mater institucional .Pero ¿es realmente el general Donayre un caudillo?

El caudillo y el caudillismo es un tema añejo y actual en la historia latinoamericana y aún , muchos se siguen preguntando si el caudillo es un realmente un héroe o un tirano.

Simón Bolívar en el Discurso de Angostura ( 15 de febrero de 1819) dijo que el triple yugo del pueblo americano es la ignorancia, la tiraría y el vicio ( la corrupción) que nos impide adquirir saber, poder y virtud. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; por el vicio , se nos ha degradado más bien que por la superstición y por la esclavitud , hija de las tinieblas, se ha convertido a un pueblo ignorante en un instrumento ciego para su propia destrucción.

El pueblo adopta como realidad lo que son puramente ilusiones, temen la licencia por la libertad, la traición del patriotismo o la venganza de la justicia .

Todo caudillo tiene una doble condición: tirano y popular. Es un ejemplo de la dificultad que tiene una sociedad para encarar fenómenos que provienen del azar y la libertad. Fue el primer político republicano , con netos contenidos populares y autoritarios.

Es una categoría de hombres que emanan de las capas populares y de la violencia.

Hugo Chávez, el actual presidente venezolano es de esa estirpe. Se hizo famoso cuando en 1992 organizó un golpe militar contra el gobierno legítimo de Carlos Andrés Pérez , el golpe fracasó , pero el intento lo hizo muy popular entre muchos venezolanos .

El caudillo es el más apto en una situación de emergencia.

Flora Tristán fue testigo de una lucha de caudillos: San Román y Nieto .

Simón Bolívar se preguntaba : ¿Qué hombres o demonios son éstos?

El caudillo en la historia del Perú es un efecto perverso de la emancipación, son cortocircuitos, sorpresas, irrupción del individuo en la política .

La independencia fue un largo periodo de inestabilidad social, hubo el desplome del orden colonial en sociedades cuya fragmentación social y étnica no contaba con otro cimiento que la coerción virreinal .

Los caudillos aparecen como personajes extraordinarios, diversos, ávidos de poder y poder personal , contaban con el apoyo de los más pobres y humildes.

Su función era guiar a los corderos orientados por su sabia intuición, conducir a sus pueblos a la tierra prometida sin detenerse a consultarlos, pues entre pueblo y caudillo se firma un pacto fáustico.

El caudillo les promete felicidad eterna, a cambio de la confiscación para siempre del alma y cerebro.

Enrique Iglesias cuando se desempeñaba como Presidente del BID, advirtió que si Latinoamérica no redoblaba sus esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad social, la región corría el peligro que los pueblos opten por regresar a la era de los caudillos.

La pobreza y la iniquidad son dos desafíos que nos convocan desde la ética , desde la responsabilidad política por fortalecer y desarrollar el sistema democrático y desde el desarrollo mismo que debe ser integral para tener bases realmente sólidas.

¿Cuándo irrumpe el caudillo?

La militarización de la vida política desde la independencia hasta nuestros días es una de las claves para entender la aparición del caudillo y del caudillismo en las naciones latinoamericanas.
En las sociedad postcoloniales, la militarización o el oficio de las armas fue la gran novedad. Para comprender al caudillo hay que comprender el hecho militar.

En el Perú era tradición colonial que todo presidente se figure venir como un ser providencial que pega un tajo decisivo entre el ayer y el hoy.

El caudillo busca corregir la realidad a través de un esfuerzo pragmático y con sentido común, cuando el país sufre anomia nacional y se acentúa la demanda de relaciones concretas , personales, caudillescas, la propia masa busca redentores , sean democráticos o tiranos y en esos momentos no se ponen a pensar si realmente el caudillo los llevará a la felicidad o agravará la situación.

Habrá caudillos , mientras la política sea un drama reducido , ilíada u odisea de unos pocos , mientras el mercado político siga estrecho, alejado de los humildes , las propias masas buscarán redentores, cansado del fracaso del sistema , de la descomposición del modelo democrático, que no alivia los problemas cotidianos y esto despierta al hombre iluminado las facultades de arreglar los asuntos .

El caudillismo es una abdicación de la soberanía popular, una transferencia de poderes, el pueblo fatigado del fracaso del sistema, desconfía del modelo democrático que no alivia los problemas cotidianos , deposita su esperanza en un hombre iluminado y le otorga las facultades necesarias para arreglar los asuntos que tercamente se resisten a ser solucionados por otros procedimientos como la democracia y el estado de Derecho.

Todo viene del desorden , el ascenso de estos “hombres o demonios” , como decía Bolívar, se debe a la descomposición del Estado, al vacío administrativo provocado por la partida de autoridades regalicias .

Históricamente, el caudillo emergía del levantamiento armado y se hacía elegir por congresos o constituyentes.

El caudillo tradicional arrojaba una imagen no siempre positiva : caricaturesco, vesánico, extravagante , violento, pasión limitada del poder , sensuales y mujeriegos.

Pero, diversos líderes de multitudes han tenido un ideología, ciertas ideas económicas, proyecto de Estado –Nación, eran héroes populistas.

El caudillo Hugo Chávez , antes de ser presidente de Venezuela, amenazaba con serlo, no para mantener las instituciones del país sino para llevar a cabo una mítica revolución radical de izquierda, utilizando para ello los recursos del Estado de Derecho. Algo parecido a lo que hizo Hitler y Mussolini, en los años treinta , en sus respectivas naciones.

Pero lo que hace al caudillo no es la fuerza militar o partidaria, sino la popularidad , sin el afecto o simpatía de la muchedumbre no existe caudillo .

Según Octavio Paz, Hitler, Stalin, Fidel, eran caudillos que expresaban la continuación de la tradición nefasta en América que es la tradición de los caudillos.

Un caudillo es un dictador, personajes que ya desaparecieron en Europa pero que aún continúa en Latinoamérica.

Al general Donayre no le veo pinta de caudillo, tal vez sea un aprendiz de caudillo o una caricatura de los mismos.

Nadie duda que goza de popularidad, pero se hizo famoso por sus desatinados comentarios sobre cómo retornaría a su país a los soldados chilenos ( en ataúdes), se cree un ser providencial ( que ha recibido una inspiración divina, que una voz divina le dijo que incursione en la política ), está ávido de poder , pero se desconoce si cuenta con un programa , con una ideología , no sabe cómo pretendería corregir la realidad , cuál sería su esfuerzo pragmático , sólo ha manifestado estar a la espera de que algún partido le coqueteé o le proponga algo” interesante” .

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