La muerte en las calles de Lima se ha convertido en algo cotidiano y no siempre es por muerte natural.
Si no mueres en un accidente de tránsito o por la contaminación ambiental( muerte lenta pero segura) o en manos de algún anormal, de esos desequilibrados mentales que adquirieron un arma o que pasaron el examen psicológico en DISCAMEC , no se sabe cómo, te quita la vida un sicario en plena luz del día, en algún restaurante o cafetería o en alguna playa de estacionamiento o el disparo puede venir de alguna banda de asaltantes, de esos depredadores que transitan por las calles de Lima, concientes de que no existe policías que patrullen o los paren , antes la negativa que le entregues tu vehículo.
Y no pienses que tu vida vale un cuarto de oro de Atahualpa, tu cabeza puede costar entre mil nuevos soles o diez mil dólares, depende de la nacionalidad del sicario o de la importancia que tengas para tu enemigo que paga el precio.
No transcurre una sola semana sin que la prensa anuncie crímenes por ajuste de cuentas o vendetta.
Estamos acostumbrados a tragedias como la muerte del peruano estadounidense , Gustavo Wensjoe Mantilla, en un accidente fatal de tránsito en el Kilómetro 11.5 de la Carretera Central . Tragedia , no solo por la calidad profesional y humana de este peruano –norteamericano que se desempeñaba como Director de la Universiad de San Thomas –Houston - Texas y presidente de la Fundación Proyecto Educativo Peruano Houston-Texas sino también por la muerte de su pequeño hijo de nueve meses de nacido y su niñera .
Esta tragedia no se borrará de nuestra mente y ha causado indignación en centenares de pobladores de la zona de Huaycán y Santa Clara , Ate, quienes salieron a la calles reclamando seguridad en dicha zona, principalmente en esa carretera central de la muerte .
La pena para un conductor ebrio que mata a una persona es de 4 a 8 años de cárcel pero la gravedad del caso no es sólo por haber consumido de manera excesiva licor sino por no haber respetado las reglas de tránsito.
Muertes como la del 21 de octubre 2008 cuando un tráiler, en el Kilómetro 14 de la Carretera Central, atropella a dos hermanos de siete y nueve años cuando salían de su colegio .
Todos exigen severidad para los conductores irresponsables o ebrios pero los transeúntes siguen muriendo; humildes peruanos son atropellados y dejados en las carreteras que se tiñen de sangre, nadie hace nada, porque la muerte se ha hecho cotidiano entre nosotros y porque nadie cumple las leyes .
En un momento se presentan alternativas, hablan los especialistas, los ministros prometen sanciones severas, que se van a instaurar juzgados especializados en el tema de tránsito que permita una administración de justicia más rápida y eficaz, que los procesos van a ser rápidos ( 2 meses) .
Pero lo cierto es la gente sigue muriendo y tiñéndose de sangre las carreteras, porque en la capital de nuestro país , la vida no vale nada.
Los accidentes de tránsito son considerados delitos culposos , es decir, categoría de segundo plano que permiten que las penas drásticas sean conmutadas por otras que incluyen reclusión y la Carretera Central es una de las vías más inseguras , donde escasea la señalización vial .
Se demanda prisión efectiva , que los responsables de estas muertes sean sancionados drásticamente , que se instauren juzgados especiales de tránsito para lograr una administración de justicia más rápida y eficaz, pero quién responde por la falta de semáforos , señalizaciones, puentes peatonales.
La población denunció la falta de semáforos, puentes peatonales y señalización de la zona.
En la Carretera Central sucede de todo : choques múltiples, volcaduras , atropellos ( mujeres, niños , ancianos) volcaduras .
Entre los kilómetros 5, 6, 14, la mayoría de la población reclama semáforos, puentes peatonales , señalización de la zona.
¿Qué alcalde es el responsable que la Carretera Central se haya convertido en la carretera de la muerte?
La respuesta es tácita: el Alcalde de Lima que se dedica a sembrar cemento y no le interesa nada la seguridad en la Carretera Central o la Panamerica Sur.
Pero eso no es todo. Tomar un taxi a determinadas horas y en determinados lugares es suicida, es jugarse la vida porque existen seudos taxistas delincuentes, criminales, que violan, secuestran, asaltan, matan. Y, nadie hace nada.
210 mil taxis circulan en la capital , 90 mil están debidamente inscritas en el SETAME, 110 mil transitan sin tener autorización y sin el SOAT, 10 robos por día se registran en los taxis colectivos , se cometen secuestros al paso , asaltos y actúan en el zanjón , en la salida del Aeropuerto o en cualquier lugar de la capital .
Según datos de la Federación Nacional de Taxis y Colectivos (Fentac), en Lima circulan unas 210 mil unidades informales y 120 mil formales.
Entre las formales se cuentan los taxis independientes (sin ningún tipo de afiliación, pero registrados en el Servicio de Taxi Metropolitano-Setame) y los taxis de estación (afiliados a alguna empresa y que se distinguen por colores, logotipos y teléfonos, y que brindan el servicio tanto al llamar a la central como de forma independiente).
Además están los “remisse”, es decir, aquellas unidades que solo trabajan para compañías de radio-taxi y que normalmente no brindan el servicio de manera independiente.
Joaquín Rosas, presidente de la Fentac, considera que ni siquiera con la existencia de empresas que agrupen a los taxis se puede garantizar permanentemente la seguridad de choferes y usuarios.
Es más, señala que en la ciudad hay más de 100 empresas de taxi, muchas de las cuales son fantasma, ya que la Municipalidad de Lima no ejerce un control eficiente sobre este rubro.
“Muchas son compañías que tienen una central telefónica y que, por diez o veinte soles, afilian taxistas a su grupo. Afilian a gente de la cual solo tienen un nombre y un teléfono, y no tienen ninguna responsabilidad con ellos”, añade.
La Federación Nacional de Taxis y Colectivos (Fentac) dijo que la falta de control genera informalidad y asaltos en estas unidades.
No obstante, la comuna metropolitana señaló que los operativos que se ejecutan sí están obteniendo resultados.
La falta de fiscalización es la principal causa del caos y de la inseguridad que reinan en el servicio de taxi en Lima Metropolitana.
Esta es la única explicación que encuentra la Federación Nacional de Taxis y Colectivos (Fentac) a la situación que atraviesa este servicio de transporte.
La flota –que se estima en 210 mil unidades– es, en su mayoría, ilegal.
“La comuna limeña no hace una buena fiscalización; por eso cunde la informalidad y muchos delincuentes la aprovechan para perpetrar sus fechorías. Si hay asaltos en vehículos que se hacen pasar por taxis, eso es culpa del municipio”, enfatizó Joaquín Rosas, presidente de la Fentac.
Los taxistas delincuentes existen por la informalidad en este servicio y la desidia de las autoridades .
No se requiere ni dos centímetros de cerebro para darse cuenta que los taxistas criminales existen porque la informalidad en este servicio, pero nadie hace nada.
Que se debería empadronar todas las unidades de este servicio y darles distintivos como la nueva matrícula para taxis que entrará en vigencia en el próximo cambio general de placas ( fotocheck en el interior del vehículo donde figura el nombre, foto, teléfono , DNI del conductor) , pero el Alcalde de Lima y el Sector Interior hacen oídos sordos.
Porque todos estamos de acuerdo que la seguridad ciudadana también tiene relación con esta modalidad de asalto, secuestro , violación y muerte de los pasajeros que confiados suben a un taxi de los tantos que circulan en Lima.
Otros proponen que tenga los taxis un solo color- el mismo que será establecido por cada municipio provincial - establecer una antigüedad mínima para los autos que pertenezcan a esta flota ( 12 años), que las empresas de taxis deben administrar realmente a las unidades inscritas en sus padrones , la mayoría vende esta inscripción por ser un requisito para el empadronamiento en el SETAME, las tarifas deben establecerse mediante la utilización de taxímetros , la policía y los inspectores deben realizar constantes operativos y sancionar a quienes realizan este servicio sin la autorización ni cuentan con el SOAT.
Todo ello lo sabemos, todo está escrito, la solución esta ahí, pero falta voluntad política, falta despercudir al Alcalde de Lima, que lidera este tema en coordinación con la ministra del Interior .
Los especialista en seguridad ciudadana también opinan . Gabriel Prado se refiere a la informalidad que existe en el transporte urbano atenta contra las normas de seguridad y la tranquilidad ciudadana.
“Cualquier persona puede brindar el servicio de taxi, basta contar con un vehículo, poner el rótulo y salir a la calle. Nadie responde, hay poco control y las denuncias por robos o intentos de violación van en aumento”, dice.
Luis Quispe Candia, de Luz Ámbar, coincide con esta postura y va más allá, pues le pide a la Municipalidad de Lima que sea más exigente en la fiscalización de estas unidades.
Cometido difícil para una ciudad en la que no se emplean taxímetros y en la que cualquier persona se convierte en taxista.
Aunque esto último podría cambiar, pues el nuevo Reglamento Nacional de Licencias de Conducir demanda que los taxistas tengan brevete profesional, al menos 21 años y secundaria completa y aprueben los cursos de las escuelas de choferes.
Seis modalidades de asalto que emplean los falsos taxistas.
La Séptima Dirección Territorial de la Policía ha establecido —a partir de las denuncias de ciudadanos— hasta seis modalidades de asalto que emplean falsos taxistas, las cuales van desde el fraude hasta el robo (a veces con consecuencias fatales).
Una de las más comunes es la del llamado taxista billete falso, que hace referencia a aquel chofer que cambia el billete que recibe del pasajero por otro falso. Su uso es constante.
También está la del taxista que cobra dólares en lugar de soles, utilizada generalmente con pasajeros o turistas que arriban al aeropuerto internacional Jorge Chávez o con aquellos que cruzan la frontera hacia el Perú por vía terrestre. Se suele pactar un precio hasta determinado lugar y luego, cuando se paga el servicio, el chofer reclama que este se debe cancelar en dólares.
Entre las modalidades más peligrosas está la del llamado taxista roba borrachos, en referencia a aquel que asalta a pasajeros que han bebido demasiado y que suelen dormitar en el vehículo.
Otra figura es la del denominado taxista “pepero”, que suele adormecer a sus víctimas con un poderoso somnífero, lo cual le facilita desvalijarlas mientras dura su efecto. Su cometido lo logra ofreciendo un trago, un caramelo o algo de comer al pasajero, aunque también se han reportado casos en los que se denuncia el uso disimulado de un spray y el de polvo esparcido en un periódico que se entrega al pasajero.
Es muy peligrosa, pues ha habido casos en los que también han ocurrido violaciones y hasta la muerte por sobredosis.
Otro tipo es el empleado por el llamado taxista con amigo sorpresa. Alude al hecho de que el delincuente actúa con un cómplice escondido en la maletera, el cual saldrá en el momento oportuno para amedrentar a la víctima. Tiene una variante, que es la de parar en una esquina y permitir que suban uno o más compinches.
Esto supone muchas veces el secuestro al paso de la víctima durante horas mientras vacían sus tarjetas de crédito o de débito.
Finalmente está la modalidad del taxista violento, aquel que no duda en utilizar una pistola, un cuchillo u otra arma contra su pasajero para que le entregue todas sus pertenencias.
El problema de los taxistas delincuentes no es solo de la capital, también se presenta en grandes ciudades de provincias como Trujillo y Chiclayo en donde en el día se registran cinco atracos a pasajeros que viajan en taxi por el Centro Histórico de Trujillo y la periferia, reveló Manuel Llempén Coronel, gerente general de la municipalidad provincial.
En Trujillo, la comuna realizará pronto un reempadronamiento integral de todas las unidades que brindan el servicio de taxi y que en otras partes de la ciudad , las cifras de asaltos son similares .
Muchas autoridades han tirado la toalla con respecto a este problema de la informalidad de los taxis , incluso plantean que erradicar la ilegalidad en este servicio es tan difícil como combatir la prostitución o la delincuencia, por lo tanto, debemos seguir viajando al borde del susto y santiguarnos cada vez que subamos a un taxi.
El Municipio de Lima no tiene en su planes verificar los antecedentes penales de los taxistas para evitar que delincuentes infiltrados presten el servicio de taxi en la ciudad – tal como ocurrió con el peligroso ‘taxista del desarmador.
El presidente de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, consideró que el municipio de Lima debería verificar de forma efectiva los antecedentes penales de los taxistas limeños.
El especialista explicó que, actualmente, ese requisito es exigido solo a manera de declaración jurada a los transportistas que desean obtener la credencial para prestar el servicio, es decir, estos no están obligados a presentar el documento físico que acredite sus antecedentes.
“La Municipalidad de Lima debe ser mucho más acuciosa. En este caso debería exigir o verificar esa información para evitar que se infiltren en este servicio delincuentes o personas con desequilibrios psiquiátricos, como el taxista que asaltaba con un desarmador”, refirió a la agencia Andina.
Quispe Candia agregó que en el país cada cierto tiempo hay personas que salen de las cárceles y, al no contar con un trabajo, optan por dedicarse a prestar el servicio de taxi sin ningún tipo de control que permita brindar garantías de seguridad a los pasajeros usuarios.
Tras estimar que más del 50% de taxistas que operan en Lima Metropolitana es informal, el titular de Luz Ámbar afirmó que este servicio se encuentra hoy en una situación “crítica y calamitosa”, que ha escapado del control de las autoridades correspondientes.
“Otro problema es que lamentablemente la Municipalidad de Lima no ha logrado identificar a todos los que prestan el servicio de taxi. No todos están inscritos y esa es la primera tarea que debe hacerse con los que van a estar inscritos”, declaró.
Finalmente coincidió en que los inspectores municipales que deben ejercer el control y fiscalización a este tipo de transporte urbano no son suficientes, y por tanto, es necesario el apoyo permanente de efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP).
En síntesis, la muerte ronda en las calles de Lima y la vida no vale nada. Mañana puedes salir de tu casa y no regresar jamás porque en una carretera, al abordar un taxi o algún malnacido , de esos que han hecho un negocio de la muerte, te priva de lo más sagrado y único como es la vida.
¿Culpables?
Empecemos por dos responsables políticos : el alcalde de Lima y la ministra del Interior .
Ambos no entienden que la seguridad ciudadana es un sistema transversal , que no sólo se refiere a la ausencia de criminalidad , sino que tiene relación con la seguridad vial, salud ambiental, informalidad de los taxis, seguridad en las carreteras, etc.
La seguridad ciudadana tiene como centro al ciudadano, es el eje central de la seguridad ciudadana y todas las instituciones deben estar orientadas a proteger al ciudadano desde que sale de su casa, camina por la vía pública, asiste a un espectáculo, sube a un taxi, dejan estacionado su vehículo, etc.
Si comprendieran la seguridad ciudadana como un sistema transversal , entonces sería más fácil encontrarle solución a estos problemas de la inseguridad en las carreteras y la informalidad de los taxis, empezando por algo que es tan elemental : la educación ciudadana en seguridad ciudadana ( educar, enseñar, ilustrar, orientar al ciudadano en temas de seguridad ciudadana para que tenga actitud preventiva y no caiga en las redes de delincuentes que como hienas caminan o transitan por las calles de la capital buscando su presa .
Algunos consejos dentro de lo que se conoce como "edudcando al ciudadano en seguridad ciudadana" para que el Secretario de la CONASEG del Ministerio del Interior tome nota:
Tratar de tomar un taxi empadronado ( Setame) o de alguna empresa privada
Al cerrar la puerta, ábrala nuevamente para verificar que no se encuentra trabada.
Indíquele al chofer que ruta seguir y evite hablar de temas personales
Desconfíe de las tarifas demasiadas bajas.
Si solicita los servicios de determinada agencia, pida el nombre del chofer, placa y descripción del auto.
Antes de subir a una unidad tipo Station Wagon , cerciórese de que en la parte trasera no haya ninguna persona escondida.
No tome el primer taxi que se le presente después de salir de una agencia bancaria o un supermercado donde ha salido de realizar compras.
Si viaja solo, ocupe siempre el asiento trasero.
Si el chofer solicita en un gripo para repostar combustible, esté atento.
No acepte golosinas, cigarrillos o papeles (podrían contener algún tipo de somnífero)
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