El heroísmo no se prueba en la alegre conquista del predominio sino en las amargas horas o años , en que todo parece perdido y es preciso recomenzar , una y otra vez.
Sin lugar a dudas, uno de los hombres más representativos del Perú en la vida republicana es mariscal Andrés Avelino Cáceres , quien conjuntamente con Miguel Graú y Francisco Bolognesi , forman la trilogía de los grandes héroes nacionales en la guerra con Chile; infausta guerra del cual , aún nuestro país no exhorcisa sus fantasmas .
Cáceres nació el 10 de noviembre de 1836 en la ciudad de Ayacucho y de su nacimiento , ha transcurrido 173 años y 86 años desde que murió el 10 de octubre de 1923, cuando tenía 87 años .
A más de cien años de su gesta en las serranías del Perú , la historia no olvida a los valientes peruanos que lo acompañaron en la Campaña de La Breña.
Así como el Huáscar es sinónimo de Miguel Graú y el Morro de Arica es a Francisco Bolognesi, la gesta de La Breña es el símbolo de Andrés A. Cáceres.
A los 48 años de edad, y con las heridas aún frescas por la batalla de Lima, su espíritu patriota lo anima a organizar la resistencia en el interior de nuestro país contra las huestes invasoras chilenas , durante la infausta Guerra del Pacífico.
Los historiadores coinciden en aseverar que sin el accionar del héroe el enemigo hubiera dictado sus condiciones con mayor dureza.
Ahora se sabe que en realidad, lo que hizo Cáceres fue mantener encendida la luz de la esperanza en un pueblo que se hundía en la desgracia.
Después de la batalla de Lima, el Héroe de Tarapacá , no quiso saber nada de armisticios o tratados de paz. Tampoco, aceptó supeditarse a decisiones ajenas que fueron las que llevaron al país a la ruina.
A pesar de que lo persiguieron sin descanso, continuó en la brega y el invasor chileno conoció en él a uno de los que le ofrecía mayor resistencia ante sus ambiciones territoriales o expansionistas.
Nunca lo pudieron doblegar ni jamás lograron acallarlo en medio de las armas.
Acabados los últimos disparos de la batalla de Lima, Cáceres , herido en una pierna, dejó atrás la ambulancia en San Carlos y por varios días eludió a los chilenos.
El 15 de abril de 1881, el Brujo de los Andes , desembarcó en Chilca.
De allí alcanzó Jauja , onde fue saludado por Piérola y nombrado jefe político -militar de los departamentos del Centro. Marchó a Ayacucho, en donde se abocó a formar un nuevo ejército.
Fueron muchos los enemigos que se empeñaron en capturarlo, asesinarlo y eliminar la resistencia peruana en la Sierra Central. En uno de esos intentos , planearon volar el tren en que viajaba, evitándolo el maquinista norteamericano Wall por quien Cáceres sentía una gran amistad.
Otro intento fue llevado a cabo por un tal Antonio Gilesdoni, contratado por los chilenos para apuñalar al Brujo.
A pesar de su número y excelente equipamiento, a pesar del poder de sus armas y del dinero() llegaron a ofrecer una cuantiosa recompensa por su cabeza) , uno a uno fueron cayendo en las trampas tendidas por Cáceres , quien ya dirigía sus huestes mal vestidas y peor armadas.
Fue en la hacienda Sangrar, en donde un destacamento invasor se había parapetado , cuando se dio la primera victoria para las armas peruanas , después de Tarapacá.
Pucará, Marcavalle, Concepción; decenas de otros sitios andinos , unieron sus nombres a la gloria de Cáceres, hasta que la suerte adversa se unió al poder del enemigo y fue derrotado momentáneamente en la batalla de Huamachuco .
Sin embargo, siguió peleando , sin el apoyo de algunos de sus compañeros de armas , que incluso , llegaron a combatirlo.
Nada pudo detener a este peruano que por sus correrías en la Sierra Central, se convirtió en un símbolo de la defensa nacional.
Pero, al Mariscal Cáceres, le sucedió lo mismo que a Porfirio Días en México.
Sus grandes hazañas militares en defensa de la patria se vieron opacadas por su actuación en política .Como señaló, Jorge Basadre, historiador peruano: “ si el Brujo de los Andes hubiera muerto en la Campaña de la Breña , estaría a la misma altura que la de Graú o la de Bolognesi”.
En la post guerra , la reconstrucción se hizo con la mano de Cáceres, pero con él llegó el militarismo con sus imposiciones, y surgió las montoneras acaudilladas por Nicolás de Piérola.
Así como Díaz, Cáceres , dejó un hombre suyo en el gobierno(Remigio Morales Bermúdez) para asegurar la posibilidad de volver a elegirse.
En el caso del caudillo mexicano, su nuevo acceso al poder se transformó en reelecciones sucesivas, hasta que estalló la Revolución Mexicana.
Tal vez debió haber mirado el ejemplo de Cáceres para intuir qué le podía deparar el porvenir.
El 6 de junio de 1920, el presidente Leguía le otorgó como reconocimiento el título de Mariscal , que más allá de la intencionalidad política , fue merecido y le obsequió la casona que hoy alberga en la avenida Arequipa la Sociedad de Fundadores de la Independencia.
En el frontispicio se ve un mural que representa el momento en que el presidente Leguía le entrega el grado de Mariscal.
Las pasiones políticas que despertó Cáceres con el tiempo se han ido diluyendo.
Por eso, hoy en día, cada vez se recuerda menos al político y brilla en su justa dimensión histórica, el "Brujo de los Andes".
¿ Qué significa Andrés Avelino Cáceres Dorregay, respecto al pasado y futuro de nuestro país ?
Cáceres es aquel soldado herido en Miraflores , aquel oficial que en vez de refugiarse en el tranquilidad de un hospital o aceptar la propuesta del ejército invasor , hincarse de rodillas, suplicar por su vida, asume su responsabilidad ante la Patria y decide continuar luchando .
Es aquel que ante la gran cantidad de soldados dispersos que abandonan el campo de batalla, sin dirección, impotente y colérico, caminaba soportando en el corazón todo el peso de la desgracia de la patria, con un tumulto de ideas y sentimientos agitando su espíritu, no se resigna a la derrota.
Ante la observación de muchos dispersos que pasaban atropelladamente los caminos, le surge la a idea de que aún se podía improvisar con ellos un ejército , trasladándolos a la sierra, para continuar allí la resistencia del invasor.
Cáceres, soldado pletórico de nacionalismo, jamás aceptó la derrota, y comunicándose en español o en quechua, con su naciente fuerza de resistencia, hizo de los cerros su mayor aliado y les inculcó a sus hombres broncos y decididos a no temer al invasor.
Andrés Avelino Cáceres , sobre la base de 16 gendarmes convalecientes del hospital de jauja , dio inicio a la formación del Ejército del Centro.
Es aquél que en el lapso de un mes ya contaba con cien soldados, integrantes del primer batallón, que recibió el nombre de Jauja ; después vendrían los batallones de Huancayo y Tarma.
Como líder carismático y soldado nato de los Andes, es quien entre abril y agosto de 1881, formó el invencible Ejército del Centro.
Como paradoja de este hombre y orgullo de quienes lo acompañaron, sus soldados sólo estaban armados de rejones y hondas, y como él mismo lo decía : " Estas armas primitivas les servían , una para la lucha cuerpo a cuerpo y otras para lanzar piedras a considerables distancias, aparte del uso de galgas que se hacían rodar desde la cumbre de los cerrros hacia los pasos estrechos y encañadas , por por las cuales se atrevían a discurrir los destacamentos enemigos, produciendo la muerte y la confusión en sus filas.
Cáceres fue tan querido por el pueblo que en el panegírico a cargo del doctor Celestino Manchego , expresó :
"Paz en tu tumba , guerrero insuperable , estadista , eminente egregio ciudadano , el sentimiento de la gratitud nacional conservará vivo el recuerdo de tu nombre".
Publicado por EL PACIFICADOR2009
Cáceres nació el 10 de noviembre de 1836 en la ciudad de Ayacucho y de su nacimiento , ha transcurrido 173 años y 86 años desde que murió el 10 de octubre de 1923, cuando tenía 87 años .
A más de cien años de su gesta en las serranías del Perú , la historia no olvida a los valientes peruanos que lo acompañaron en la Campaña de La Breña.
Así como el Huáscar es sinónimo de Miguel Graú y el Morro de Arica es a Francisco Bolognesi, la gesta de La Breña es el símbolo de Andrés A. Cáceres.
A los 48 años de edad, y con las heridas aún frescas por la batalla de Lima, su espíritu patriota lo anima a organizar la resistencia en el interior de nuestro país contra las huestes invasoras chilenas , durante la infausta Guerra del Pacífico.
Los historiadores coinciden en aseverar que sin el accionar del héroe el enemigo hubiera dictado sus condiciones con mayor dureza.
Ahora se sabe que en realidad, lo que hizo Cáceres fue mantener encendida la luz de la esperanza en un pueblo que se hundía en la desgracia.
Después de la batalla de Lima, el Héroe de Tarapacá , no quiso saber nada de armisticios o tratados de paz. Tampoco, aceptó supeditarse a decisiones ajenas que fueron las que llevaron al país a la ruina.
A pesar de que lo persiguieron sin descanso, continuó en la brega y el invasor chileno conoció en él a uno de los que le ofrecía mayor resistencia ante sus ambiciones territoriales o expansionistas.
Nunca lo pudieron doblegar ni jamás lograron acallarlo en medio de las armas.
Acabados los últimos disparos de la batalla de Lima, Cáceres , herido en una pierna, dejó atrás la ambulancia en San Carlos y por varios días eludió a los chilenos.
El 15 de abril de 1881, el Brujo de los Andes , desembarcó en Chilca.
De allí alcanzó Jauja , onde fue saludado por Piérola y nombrado jefe político -militar de los departamentos del Centro. Marchó a Ayacucho, en donde se abocó a formar un nuevo ejército.
Fueron muchos los enemigos que se empeñaron en capturarlo, asesinarlo y eliminar la resistencia peruana en la Sierra Central. En uno de esos intentos , planearon volar el tren en que viajaba, evitándolo el maquinista norteamericano Wall por quien Cáceres sentía una gran amistad.
Otro intento fue llevado a cabo por un tal Antonio Gilesdoni, contratado por los chilenos para apuñalar al Brujo.
A pesar de su número y excelente equipamiento, a pesar del poder de sus armas y del dinero() llegaron a ofrecer una cuantiosa recompensa por su cabeza) , uno a uno fueron cayendo en las trampas tendidas por Cáceres , quien ya dirigía sus huestes mal vestidas y peor armadas.
Fue en la hacienda Sangrar, en donde un destacamento invasor se había parapetado , cuando se dio la primera victoria para las armas peruanas , después de Tarapacá.
Pucará, Marcavalle, Concepción; decenas de otros sitios andinos , unieron sus nombres a la gloria de Cáceres, hasta que la suerte adversa se unió al poder del enemigo y fue derrotado momentáneamente en la batalla de Huamachuco .
Sin embargo, siguió peleando , sin el apoyo de algunos de sus compañeros de armas , que incluso , llegaron a combatirlo.
Nada pudo detener a este peruano que por sus correrías en la Sierra Central, se convirtió en un símbolo de la defensa nacional.
Pero, al Mariscal Cáceres, le sucedió lo mismo que a Porfirio Días en México.
Sus grandes hazañas militares en defensa de la patria se vieron opacadas por su actuación en política .Como señaló, Jorge Basadre, historiador peruano: “ si el Brujo de los Andes hubiera muerto en la Campaña de la Breña , estaría a la misma altura que la de Graú o la de Bolognesi”.
En la post guerra , la reconstrucción se hizo con la mano de Cáceres, pero con él llegó el militarismo con sus imposiciones, y surgió las montoneras acaudilladas por Nicolás de Piérola.
Así como Díaz, Cáceres , dejó un hombre suyo en el gobierno(Remigio Morales Bermúdez) para asegurar la posibilidad de volver a elegirse.
En el caso del caudillo mexicano, su nuevo acceso al poder se transformó en reelecciones sucesivas, hasta que estalló la Revolución Mexicana.
Tal vez debió haber mirado el ejemplo de Cáceres para intuir qué le podía deparar el porvenir.
El 6 de junio de 1920, el presidente Leguía le otorgó como reconocimiento el título de Mariscal , que más allá de la intencionalidad política , fue merecido y le obsequió la casona que hoy alberga en la avenida Arequipa la Sociedad de Fundadores de la Independencia.
En el frontispicio se ve un mural que representa el momento en que el presidente Leguía le entrega el grado de Mariscal.
Las pasiones políticas que despertó Cáceres con el tiempo se han ido diluyendo.
Por eso, hoy en día, cada vez se recuerda menos al político y brilla en su justa dimensión histórica, el "Brujo de los Andes".
¿ Qué significa Andrés Avelino Cáceres Dorregay, respecto al pasado y futuro de nuestro país ?
Cáceres es aquel soldado herido en Miraflores , aquel oficial que en vez de refugiarse en el tranquilidad de un hospital o aceptar la propuesta del ejército invasor , hincarse de rodillas, suplicar por su vida, asume su responsabilidad ante la Patria y decide continuar luchando .
Es aquel que ante la gran cantidad de soldados dispersos que abandonan el campo de batalla, sin dirección, impotente y colérico, caminaba soportando en el corazón todo el peso de la desgracia de la patria, con un tumulto de ideas y sentimientos agitando su espíritu, no se resigna a la derrota.
Ante la observación de muchos dispersos que pasaban atropelladamente los caminos, le surge la a idea de que aún se podía improvisar con ellos un ejército , trasladándolos a la sierra, para continuar allí la resistencia del invasor.
Cáceres, soldado pletórico de nacionalismo, jamás aceptó la derrota, y comunicándose en español o en quechua, con su naciente fuerza de resistencia, hizo de los cerros su mayor aliado y les inculcó a sus hombres broncos y decididos a no temer al invasor.
Andrés Avelino Cáceres , sobre la base de 16 gendarmes convalecientes del hospital de jauja , dio inicio a la formación del Ejército del Centro.
Es aquél que en el lapso de un mes ya contaba con cien soldados, integrantes del primer batallón, que recibió el nombre de Jauja ; después vendrían los batallones de Huancayo y Tarma.
Como líder carismático y soldado nato de los Andes, es quien entre abril y agosto de 1881, formó el invencible Ejército del Centro.
Como paradoja de este hombre y orgullo de quienes lo acompañaron, sus soldados sólo estaban armados de rejones y hondas, y como él mismo lo decía : " Estas armas primitivas les servían , una para la lucha cuerpo a cuerpo y otras para lanzar piedras a considerables distancias, aparte del uso de galgas que se hacían rodar desde la cumbre de los cerrros hacia los pasos estrechos y encañadas , por por las cuales se atrevían a discurrir los destacamentos enemigos, produciendo la muerte y la confusión en sus filas.
Cáceres fue tan querido por el pueblo que en el panegírico a cargo del doctor Celestino Manchego , expresó :
"Paz en tu tumba , guerrero insuperable , estadista , eminente egregio ciudadano , el sentimiento de la gratitud nacional conservará vivo el recuerdo de tu nombre".
Publicado por EL PACIFICADOR2009
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