"Dineros traigo , que es lo que importa, ganados por mi industria y sin daño a nadie" , dice Sancho poniendo el parche., ante la perpleja mirada de Teresa Panza , su mujer, que lo ve llegar cansado y polvoriento , luego de su tercera y última salida sirviendo de escudero a su señor , Don Quijote de la Mancha.
La frase , de una contundencia proverbial, por un lado funciona como elemento disuasivo de los posibles reproches de su mujer y , por otro, establece la catadura moral y ética de Sancho quien , a lo largo de las "aventuras tan desventuradas"( 980 páginas), cumple su destino de fiel escudero , compañero solidario , gracioso, candoroso y socarrón, cuya picardía , sin embargo, jamás llegará a la maldad ni a la grosería .
"Duda de todo y créelo todo ; cuando pienso que se a despeñar de tonto, sale con unas discreciones que le levantan al cielo... yo no le trocaría con otro escudero , aunque me diesen por añadidura una ciudad", dice Don Quijote de quien no pocas veces se ha mofado de las veleidades de su señor.
Lo que define a Sancho - además de tener los pies sobre la tierra y su candorosa simpatía- es su locuacidad desmañada que cautiva tanto a Don Quijote como a todo aquel que tiene el privilegio de conocerlo.
Pero este rasgo, que además caracteriza a los españoles, por momentos exaspera al Caballero de la triste Figura quien le reclama mesura y hasta le prohíbe hablar.
Pero Sancho se defiende: " Porque querer vuestra merced que vaya con él por estas soledades de día y de noche, y que no le hable cuando me diere gusto, es enterrarme en vida. Si ya quisiera la suerte que los animales hablaran... porque departiera yo con mi jumento lo que me viniera en gana. En candor de Sancho llega al extremo de creer en la Ínsula que su señor le ha prometido como pago a sus servicios escuderiles.
Pero esta esperanza está exenta de toda ambición de poder. Porque llegado el momento, cuando los endiabladamente lúdicos Duque y Duquesa le entregan el gobierno de la supuesta Insula Barataria. Sancho asume su papel con naturalidad, sin soberbia, y hasta con sabiduría . "Vístanme como quisieren, que de cualquier manera que vaya vestido seré Sancho Panza"- dice cuando lo envían.
Y " Desnudo nací , desnudo me hallo, ni pierdo ni gano", murmura el dejar el gobierno de la Ínsula.
A pesar de sus continuas protestas ( " harto mejor hará ya , vuelvo a decir, en volverme a mi casa y a mi mujer y a mis hijos , y sustentarla y criarlos con lo que Dios fue servido de darme y no andarme tras vuesa merced por caminos sin camino...bebiendo mal y comiendo peor ").
Sancho ama y admira a su amo : "¡ Flor nata y espuma de los caballeros andantes !".
Sin embargo, nada le impide cuando se trata de defender su dignidad ; por un ardid del Duque, Sancho debía azotarse para desencantar a Dulcinea.
Mientras duerme éste, Don Quijote intenta bajarle los pantalones. Sancho despierta, arremete y tira al suelo al Caballero.
Le pone la rodilla en el pecho y le arranca la promesa de que jamás volverá hacerlo.
Verdaderamente, Sancho era grande , pero de los grandes.
Sabía defender su dignidad con puños y espada.
La dignidad es un valor excelso y es la columna vertebral de los derechos humanos.
Es considerado un derecho fundamental de la persona humana , tal es así que la Constitución Política del Estado en su artículo primero menciona " la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado".
Es obligación de los miembros de la Policía Nacional del Perú respetar la dignidad de las personas, los derechos humanos, la Constitución y las leyes de la república, cualesquiera sean las circunstancias en que hayan de cumplir con su misión.
El Art. 10 de la Ley Orgánica PNP menciona que " el personal de la Policía Nacional del Perú en el ejercicio de sus funciones observará y se sujetará a los principios del Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley".
El Código de Conducta considera en el principio segundo el respeto y la protección de la dignidad humana y de los derechos humanos, entendido como el conjunto de normas, principios y valores que posibilitan el desarrollo pleno y la vida digna de todas las personas; aquellos atributos inherentes a todo ser humano, derivados de su propia naturaleza y de la necesidad de tener una existencia digna.
¿Cuántos policías se hincan de rodilla y aceptan que los pisen para lograr una prebenda o un ascenso?
No está demás recordar de vez en cuando la actitud de Sancho Pancha, grande, pero de los grandes .
La frase , de una contundencia proverbial, por un lado funciona como elemento disuasivo de los posibles reproches de su mujer y , por otro, establece la catadura moral y ética de Sancho quien , a lo largo de las "aventuras tan desventuradas"( 980 páginas), cumple su destino de fiel escudero , compañero solidario , gracioso, candoroso y socarrón, cuya picardía , sin embargo, jamás llegará a la maldad ni a la grosería .
"Duda de todo y créelo todo ; cuando pienso que se a despeñar de tonto, sale con unas discreciones que le levantan al cielo... yo no le trocaría con otro escudero , aunque me diesen por añadidura una ciudad", dice Don Quijote de quien no pocas veces se ha mofado de las veleidades de su señor.
Lo que define a Sancho - además de tener los pies sobre la tierra y su candorosa simpatía- es su locuacidad desmañada que cautiva tanto a Don Quijote como a todo aquel que tiene el privilegio de conocerlo.
Pero este rasgo, que además caracteriza a los españoles, por momentos exaspera al Caballero de la triste Figura quien le reclama mesura y hasta le prohíbe hablar.
Pero Sancho se defiende: " Porque querer vuestra merced que vaya con él por estas soledades de día y de noche, y que no le hable cuando me diere gusto, es enterrarme en vida. Si ya quisiera la suerte que los animales hablaran... porque departiera yo con mi jumento lo que me viniera en gana. En candor de Sancho llega al extremo de creer en la Ínsula que su señor le ha prometido como pago a sus servicios escuderiles.
Pero esta esperanza está exenta de toda ambición de poder. Porque llegado el momento, cuando los endiabladamente lúdicos Duque y Duquesa le entregan el gobierno de la supuesta Insula Barataria. Sancho asume su papel con naturalidad, sin soberbia, y hasta con sabiduría . "Vístanme como quisieren, que de cualquier manera que vaya vestido seré Sancho Panza"- dice cuando lo envían.
Y " Desnudo nací , desnudo me hallo, ni pierdo ni gano", murmura el dejar el gobierno de la Ínsula.
A pesar de sus continuas protestas ( " harto mejor hará ya , vuelvo a decir, en volverme a mi casa y a mi mujer y a mis hijos , y sustentarla y criarlos con lo que Dios fue servido de darme y no andarme tras vuesa merced por caminos sin camino...bebiendo mal y comiendo peor ").
Sancho ama y admira a su amo : "¡ Flor nata y espuma de los caballeros andantes !".
Sin embargo, nada le impide cuando se trata de defender su dignidad ; por un ardid del Duque, Sancho debía azotarse para desencantar a Dulcinea.
Mientras duerme éste, Don Quijote intenta bajarle los pantalones. Sancho despierta, arremete y tira al suelo al Caballero.
Le pone la rodilla en el pecho y le arranca la promesa de que jamás volverá hacerlo.
Verdaderamente, Sancho era grande , pero de los grandes.
Sabía defender su dignidad con puños y espada.
La dignidad es un valor excelso y es la columna vertebral de los derechos humanos.
Es considerado un derecho fundamental de la persona humana , tal es así que la Constitución Política del Estado en su artículo primero menciona " la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado".
Es obligación de los miembros de la Policía Nacional del Perú respetar la dignidad de las personas, los derechos humanos, la Constitución y las leyes de la república, cualesquiera sean las circunstancias en que hayan de cumplir con su misión.
El Art. 10 de la Ley Orgánica PNP menciona que " el personal de la Policía Nacional del Perú en el ejercicio de sus funciones observará y se sujetará a los principios del Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley".
El Código de Conducta considera en el principio segundo el respeto y la protección de la dignidad humana y de los derechos humanos, entendido como el conjunto de normas, principios y valores que posibilitan el desarrollo pleno y la vida digna de todas las personas; aquellos atributos inherentes a todo ser humano, derivados de su propia naturaleza y de la necesidad de tener una existencia digna.
¿Cuántos policías se hincan de rodilla y aceptan que los pisen para lograr una prebenda o un ascenso?
No está demás recordar de vez en cuando la actitud de Sancho Pancha, grande, pero de los grandes .
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