martes, 11 de diciembre de 2007

ROBO y HURTO DE VEHICULOS EN PERU

EL ROBO Y HURTO DE VEHÍCULOS EN EL PERÚ
Las cifras de los robos de vehículos son alarmantes y sorprendentes
A diario se producen en Lima 15 robos de vehículos y hasta la fecha las denuncias por este delito superan las 1,500, de las cuales 1,200 corresponden a hurtos reales.
El 60% de estos robos se ejecuta bajo la modalidad de asalto y robo; el 40%, cuando el vehículo está estacionado. Esta última modalidad se registra en los distritos residenciales, lugares preferidos por los delincuentes. Se calcula que en dichos lugares se ha cometido el 35% de los robos de autos que se han realizado en toda Lima durante el presente año. Los automóviles más robados son las marcas toyotas, nissan, Tico, las camionetas 4x4 y Pick Up, que son vendidas en Bolivia, Ecuador y Paraguay. Por encargo, la mayor parte pertenecen al segmento de los vehículos de lujo (Mercedes, BMW, Lexus, Audi...).
Cada vehículo como objetivo tiene un fin específico: los “todo terreno” se suelen emplear para cometer robos o secuestros por el sistema de alunizaje (lunas polarizadas) pero luego son abandonados. los de mayor potencia y comodidad tienen como fin los grandes desplazamientos para transportar droga, etcétera; los deportivos y pequeños utilitarios, para cometer delitos en el día y posteriormente ser abandonados. Los que se quedan en nuestro país, la gran mayoría son despiezados y vendidos en el mercado informal. Los robos muchas veces se producen a plena luz del día en distritos como Surco, Magdalena, Miraflores, La Molina y San Isidro.
La primera modalidad (asalto y robo con arma) se presenta con mayor frecuencia en los distritos de San Miguel, Breña, Los Olivos, Callao, La Victoria, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Comas y San Juan de Lurigancho. Cualquier conductor de Tico o un auto de lujo puede convertirse en víctima potencial de los "Roba - Carros". Las estadísticas son elocuentes, sin embargo los sub registros convierten este delito en uno de los más alarmantes, pero también en una de las más lucrativas del mercado criminal. Invierten segundos de tensión y nerviosismo y rápidamente ganan entre 800 y 1,500 soles por cada vehículo robado que venden en los mercados negros de "San Jacinto" en La Victoria y "La 50" en Independencia.
Aquí, los comerciantes no tienen reparos en revelar la procedencia de su mercancía. Ni las trancas en sus variedades (trancapalanca, trancapedal), el corta corriente o corta gasolina, ni las alarmas, son suficientes y eficaces para impedir los robos de vehículos. Los robacarros son cada vez más hábiles para burlar con destreza cualquier mecanismo de seguridad. De maneras tan asombrosas, no demoran más de 8 minutos 2 a 3 horas en desmantelarlo y vender sus partes. que la misma policía no se explica. Usan llaves especiales que sirven para abrir las puertas de acuerdo a la marca del carro y hasta el sistema de rastreo celular es burlado por los ladrones de carros. El único que sigue siendo seguro es el sistema de rastreo por satélite. Las víctimas mas frecuentes son taxistas y mujeres y los vehículos más pedidos son las unidades de timón cambiado. Si a usted todavía no le han robado su carro, entonces considérese un gran afortunado, pues, eso significa que no es parte de la estadística de los tres mil vehículos que en promedio se roban cada mes en todo el país. Si bien es cierto que las estadísticas no son como en Madrid que se roban más de 400 vehículos al día o en la ciudad de Caracas, donde diariamente se roban alrededor de 120 vehículos de distintos tipo, pero no deja de ser un dolor de cabeza para la policía este tipo de delito.
En cuanto al modus operando, la mayoría de los robacarros utilizan el sistema tradicional que se repite día a día: primero entran en el vehículo tras forzar la puerta y a continuación, rompen el bloqueo del volante para terminar haciendo «el puente». Existen otros modos de actuación más sofisticados cuando el vehículo es de la categoría de lujo donde actúan bandas organizadas, incluso con conexiones internacionales que lo hacen desaparecer hacia un destino preconcebido. Estas bandas están bien estructuradas y compartimentan sus funciones: el que detecta el carro, el que estudia las costumbres y rutinas del dueño y el que lo roba, luego el que le da el destino final (desmantelamiento, medio para cometer otro delito, venta en los mercados informales nacionales o en el extranjero).
Existen bandas organizadas con conexiones en el extranjero que tienen en nómina a profesionales lo suficientemente cualificados -incluidos ingenieros electrónicos-, capaces de inutilizar los sistemas de robos más sofisticados; además, poseen lugar perfectamente camuflados para guardar y «trabajar» con los vehículos robados, así como todo tipo de maquinaría para falsificar documentaciones, cambiar el número del motor, placa; en fin, todo lo necesario sin escatimar medios para que un vehículo robado en pocas horas vuelva a la circulación como si se tratase de un vehículo legal. Al aumento de las cifras, cada vez es más frecuente el uso de violencia como medio para robar el auto: el ladrón intercepta a su víctima antes de que entre o salga del vehículo o la intercepta en pleno movimiento, aprovechando el más mínimo descuido del propietario, luego la amenaza con arma de fuego y prácticamente la secuestra al "pasearla" por la ciudad para luego dejarla abandonada en cualquier sitio, bien alejado de la urbe. Encañonar a la víctima para robarle el carro resulta más fácil que violentar varios sistemas de seguridad.
Al mes, las cifras arrojan que en San Borja se roban un aproximado de 70 carros; en San Isidro, 50; en Miraflores, 100. Si bien es cierto que el número de delitos ha disminuido en comparación con los que se cometían hace un par de años, pero se siguen produciendo y generando temor en la ciudadanía. Los hurtos a domicilio se han producido en San Antonio y los arrebatos de celulares y carteras en los lugares cercanos a los principales centros comerciales del distrito. En Santiago de Surco, distrito bastante extenso, 380 serenos apoyan la labor policial; sin embargo, siguen ocurriendo diferentes delitos, sobre todo cerca de los puentes que cruzan la Panamericana Sur, como Benavides, Primavera y El Trébol de Javier Prado. De las cuatro comisarías que funcionan en Surco, solo en la de Monterrico se ha denunciado, en lo que va del año, 54 robos a domicilio, 36 sustracciones de vehículos y 55 arrebatos de celulares y carteras. Ningún lugar se salva de este tipo de delito. Se han dado casos que vehículos han sido robados frente a Comisarías y Municipalidades, aparcamientos de aeropuertos, gasolineras, centros comerciales, etc.
¿Se puede controlar el robo y hurto de automóviles?
La respuesta es sí. Existen varias medidas urgentes que deben adoptarse para reducir la incidencia de este delito que azota a la ciudadanía y golpea su economía y también su herramienta de trabajo (taxistas).El robo de vehículos es un fenómeno complejo que requiere una acción integral y coordinada de las autoridades. Es un delito múltiple en el cual, además de la apropiación de un bien ajeno, se combinan muchos otros delitos: daño a la propiedad privada, amenaza y/o atentado contra la vida y la integridad de la persona, secuestro, lesiones, agresión, y en muchos casos violación y/u homicidio. Crear una Comisión Multisectorial para la recuperación y devolución de vehículos (Transportes y Comunicaciones, Justicia, Interior, PNP, SOAT, para que coordine todo lo relativo a la detección, búsqueda y recuperación de vehículos hurtados, robados o extraviados; asimismo, coopere en el establecimiento de los mecanismos adecuados para una eficaz y rápida devolución de los mismos a sus legítimos propietarios. Incrementan las penas para quienes cometan el delito de robo agravado y receptación, e incluye la cadena perpetua si se produce la muerte de la víctima. Crear asociaciones virtuales para víctimas de robos y hurtos de vehículos que reciban las denuncias a través de Internet, elaboren estadísticas reales y supervisen la labor de las autoridades. La Policía debe publicar mensualmente y de manera obligatoria en dos periódicos de circulación nacional, la lista de todos los vehículos que se encuentran bajo su custodia, con indicación del lugar donde se encuentran. La omisión o publicación incompleta dará lugar a sanción disciplinaria. Mayor control computarizado en las fronteras, pues parte de los vehículos robados son vendidos Bolivia, Chile, Ecuador. Elevar la DIPROVE (División de Prevención Robo de Vehículos) a Dirección Nacional de Investigación de Robo de Vehículos, creando dentro de ella una unidad de inteligencia operativa policial. Educación preventiva a través de medios de comunicación: circule preferiblemente con los vidrios arriba y los seguros abajo, asegúrese de no dejar las llaves puestas y de que vidrios y puertas queden bien cerrados, no deje ningún objeto de valor dentro del automóvil, deje su carro en un estacionamiento y si lo o hace en la vía pública, que sea en sitios bien iluminados o vigilados, no comente sobre los sistemas de seguridad que posee su vehículo.Nunca permanezca dentro del vehículo mientras espera una persona.No es recomendable dejar la copia de las llaves en las playas de estacionamientos, talleres mecánicos, no pague "rescate" por su vehículo robado, cuando publique un anuncio en la prensa para vender un vehículo, no use la dirección de su casa para mostrarlo। Al momento de mostrarlo, es preferible estar acompañado por otras persona. Al comprar un vehículo verifique que el vendedor le proporcione el número de un teléfono fijo y una dirección,así a la hora de contactarlo contará con algo más que un número de celular. Si le robaron el carro, denuncie inmediatamente a la policía, pues su vehículo podría ser usado para cometer otro robo o incluso para traficar droga. Grabar el número de identificación del auto en las ventanas y partes mayores del auto. No deje objetos de valor a la vista. Es importante recordar que la mayoría de los robos se produce por negligencia de sus mismos dueños, quienes no toman los recaudos necesarios para garantizar que sus vehículos permanezcan donde los dejaron y muchas veces por ahorrarse unos cuantos soles, no pagan el modesto costo de un estacionamiento seguro, dejando sus vehículos a merced de los delincuentes. Cuando vuelven y se dan cuenta que ha desaparecido, no valen quejas ni lamentos. Cargarán con el peso de esos segundos de negligencia y estupidez.

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